2 de Abril: "Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo"


“UN REGALO MUY ESPECIAL”

“No nos atrevemos a hacer muchas cosas porque son difíciles,
pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas"
(Lucio Anneo Séneca)

Desde hace varios años la escuela viene escolarizando a niños/as con necesidades específicas de apoyo educativo. Esta experiencia resulta muy positiva, e incide plenamente en la calidad de la educación en todos sus ámbitos, sobre todo cuando nos referimos a la enseñanza en valores, favoreciendo la tolerancia y el respeto hacia la diferencia y enriqueciéndonos todos a través del contacto con la diversidad.

La legislación actual, (Decreto 147/2002, de 14 de mayo, sobre Atención al alumnado con Necesidades Educativas Especiales, asociadas a sus capacidades personales) apuesta por la mayor “normalización” posible de la vida de todas las personas con necesidades específicas de apoyo educativo: por presentar necesidades educativas especiales, debidas a diferentes grados y tipos de capacidades personales de orden físico, psíquico, cognitivo o sensorial; por dificultades específicas de aprendizaje; por sus altas capacidades intelectuales; por haberse incorporado tarde al sistema educativo o por condiciones personales o de historia escolar. 

En el centro en que trabajo, todos los alumnos/as con NEE (uno de ellos con TGD encuadrable en el espectro autista) están integrados en el aula ordinaria, con periodos variables en el Aula de Apoyo a la Integración, y compartiendo las actividades escolares y extraescolares del centro y del grupo clase. De esta manera se favorece su socialización, inclusión e integración en el grupo. Para que se cumpla este objetivo es fundamental el trabajo que realiza el profesor de Pedagogía Terapéutica, tanto en el aula ordinaria como en el Aula de Apoyo a la Integración, desarrollando, reforzando y apoyando el programa de intervención individual (tomando como referencia las ACIs) de cada alumno/a.

Por consiguiente, la diversidad del alumnado es una característica normal y habitual en nuestras aulas, por lo que debe ser asumida por todos los miembros de la comunidad educativa.

N    El profesor/a de pedagogía terapéutica  realizará las siguientes funciones:

  1. Intervenir directamente con el alumnado que presenta necesidades educativas especiales en el desarrollo de los programas de intervención individual.
  1. Asesorar al profesorado y tutores para que puedan atender con eficacia al alumnado que dentro de sus grupos presente necesidades educativas especiales, colaborando con ellos en la elaboración de las adaptaciones curriculares individualizadas (ACI).
  1. Elaborar, con la colaboración del profesor tutor/a, las adaptaciones de materiales didácticos para el alumnado.
  1. Colaborar con el tutor/a y el profesorado en el seguimiento y evaluación del alumnado y de las adaptaciones curriculares individualizadas (ACI).
  1. Colaborar con el orientador y el EOE en la detección y valoración psicopedagógica del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.
  1. Colaborar con el profesor tutor/a y el orientador en las actuaciones con las familias, en relación al proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado con NEE, entendiendo que únicamente de ese modo se garantiza el desarrollo de todos, se favorece la equidad y se contribuye a una mayor cohesión social.
En la práctica diaria estas funciones se traducen en un trato personal con los alumnos/as que presentan estas necesidades específicas. Para trabajar como profesor de Pedagogía Terapéutica, y partiendo de mi experiencia profesional, pienso que se deben conjugar la paciencia y la constancia con la disciplina y una buena dosis de positivismo.
A veces no se cosechan pronto los frutos del trabajo diario. Por el Aula de Apoyo a la Integración pasan alumnos/as con un perfil muy diferente, unos alcanzan con mayor o menor dificultad los objetivos didácticos propuestos y otros se esfuerzan en conseguirlos, no siempre con éxito. Pero en realidad, mi objetivo primordial no es la resolución de ecuaciones o el análisis morfosintáctico de una oración, sino el proceso y el tiempo empleados; lo importante no es la meta sino el camino recorrido.

De forma teórica hemos expuesto arriba las funciones del profesor de Pedagogía Terapéutica, ahora describiré lo que significa para mí el desarrollo de este trabajo:
Es ser más que un maestro, un amigo; la brújula que los orienta; la antorcha que les marca el camino; el eslabón que los une al resto del mundo.

En los últimos años ha existido una controversia sobre el término bajo el que se engloba el alumnado con necesidades educativas: se ha preferido optar por la denominación “necesidades específicas” en lugar de “necesidades especiales”, puesto que se consideraba que el adjetivo “especiales” estaba cargado de connotaciones negativas. En cambio, en otros contextos no es así: a cualquiera le gusta ser especial para otra persona, recibir un regalo especial, tener un día especial o sencillamente sentirse especial.
También mi labor es un tanto distinta y especial: la tarea programada no siempre se lleva a la práctica, puesto que los alumnos/as con los que trabajo presentan una característica común: son imprevisibles. Por este motivo, resulta aún más gratificante detenerse en ocasiones para comprobar los logros alcanzados.
Cada día aprendo a valorar miles de “pequeñas cosas” que en otra especialidad de la enseñanza pasarían desapercibidas. Tal vez no sea sólo yo el que enseña, no, también yo aprendo. Aprendo de la sonrisa por el trabajo bien hecho, del empeño porque las cosas salgan bien, de las disculpas ante las posibles equivocaciones, del mañana lo volveremos a intentar… Y todo gracias a ellos, a mis alumnos/as, de los que cada día recibo con sorpresa “un regalo muy especial”. 

Francisco Navas González.
(Maestro de Pedagogía Terapeútica)


    Pincha aquí
                                    Pincha aquí
             
Pincha aquí


Related Posts with Thumbnails